Es verdad que se recorren tres etapas en la presencia de las empresas en las redes sociales, la primera en la que se establece la necesidad de tener presencia virtual y se lleva a cabo la misión de poner el nombre de la compañía en la red, la segunda etapa contempla la maduración de este plan otorgando importancia a la medición cuantitativa del proyecto basándose las medidas en la cantidad de visitas, seguidores o visitantes, y la tercera etapa corresponde a la llegada de la edad adulta en la red y consistente en la comprensión de las características propias de crecimiento en la red.
Es notable que en la segunda de las etapas la mayor preocupación corresponda al incentivo que se da a los seguidores como material motivador para continuar siendo “fan” de la organización, y eso depende de poder tener el tino de ofrecer “lo que el fan quiere”. La gran pregunta es “¿qué compartir?”.De acuerdo a algunas teorías, para que exista seguimiento por parte del público hay que “enojarlo” o hacerlo “reír”. Esta misión es delicada porque amerita creatividad y sutileza. Lo cierto es que las únicas personas que saben qué les gusta son los seguidores y es determinante que las personas “no siguen una página para comprar directamente” sino que esperan interactuación y comprensión por parte de la compañía o marca.
Un sano inicio de esta etapa correspondería a utilizar las herramientas de interacción que propone en este caso Facebook, como las encuestas que, diseñadas de manera creativa y eficaz, ofrecerían datos importantes para comprender al usuario seguidor.
1. Publicar encuestas que permitan conocer al seguidor.
2. Consultar qué desea el seguidor antes de ofrecer nuestros productos.
3. “Regalar” información interesante para los seguidores.
4. Crear una comunidad.
Hasta la próxima.