Para mi eso es un descomunal error de concepto y de metodologías de ventas en vista que el embudo más que la representación gráfica del proceso de ventas de cualquiera sea la compañía o rubro en el que se desempeñe representa también el cuadro de mando sobre el cual se puede medir el desempeño de un equipo o de una empresa.
Durante parte del año pasado e inclusive hasta ahora, estamos pregonando como marca el hecho de que el énfasis de la gestión de ventas en la nueva normalidad se debe dar en "Aproximación", "Negociación" y "Confirmación", éstas todas fases del embudo de ventas de 8 fases que presentamos en Ventas Profesionales V-Pro, nuestro programa de formación de vendedores.
Sin una herramienta como el embudo de ventas sería muy difícil medir la gestión de "Aproximación" o el efecto de prospección en la empresa, y lo determinábamos en el artículo Cómo interpretar la gestión de prospectos de los agentes, en él se explican tres indicadores que claramente se verían en el embudo de ventas.
En uno de los artículos que más me ha gustado escribir también se puede observar la importancia de contar con un cuadro de mando, un embudo de ventas para poder medir gestiones de distintas fases del proceso de ventas, en Por qué no creo que existan cierres de ventas mágicos. En éste artículo también planteo el riesgo de confundir las tareas de Ventas personales y Promoción de Ventas dentro del marketing.