jueves, 14 de enero de 2010

El poder de internet, del email y de las redes sociales.


Estamos viviendo un fenómeno tecnológico en el mundo. Esto es muy sabido. Lo percibimos en cualquier medio donde obtengamos información. Cómo no acongojarnos con las tristes imágenes que llegan desde Haití? Cómo hacer caso omiso a la desgracia de una familia paraguaya que sufre por la falta de un integrante? Quién deja de enterarse de los últimos acontecimientos en el país casi al minuto, en los resúmenes de medios en línea?.

Dentro de toda esta oleada de información, también se viene otra, el contacto con el cliente o prospecto a través de la red. Pero, realmente somos concientes de cómo llega esto a nosotros? Sabemos cómo actúa esta herramienta y hasta dónde va su “poder”?

La internet ha llegado a Paraguay de la mano de unos luchadores visionarios, quienes lograron bajar las http hacia fines de siglo pasado. Establecida ya acá sabemos que el alcance o penetración en la población es de aproximadamente el 2% al 4%, discutible.

Con el desarrollo de nuevos medios dentro de la red, poseer un espacio es cada vez más fácil. Saber utilizarlo… tal vez un poco más complicado. Pero yendo a lo que me atañe compartir en esta oportunidad y me está llamando poderosamente la atención es la fuerza con la que se puede impulsar una idea, un personaje, un nombre, una propuesta, una crítica… en fin, un producto.

Sin ir lejos y utilizando experiencias nuestras en Paraguay podemos apreciar dos fenómenos popularizados tanto en una red social, así como otro caso de la mano de la propaganda vía email.

En primer lugar, admito que he participado de este evento conquistado por lo jocoso del mismo, hicimos famoso a un “personaje” a tal punto que medios de comunicación masiva peleaban por una exclusiva, por una nota, por un comentario… por participar de este fenómeno mediático.

En resumidas cuentas, tomemos este ejemplo para darnos cuenta de la potencia que tienen las redes sociales, en este caso el Facebook, que cuenta con muy buenas críticas por la utilización amigable y la incisiva penetración entre los internautas.

Una “idea-producto” que realmente conquiste la mente de la masa podría convertirse en un éxito, dependiendo de la forma de tratarlo en estos medios, del grado de confianza que tengan los directivos de las empresas para embarcarse en estos medios y del tipo de productos que se ofertan.

Y en este punto, podemos citar el segundo ejemplo… Qué pasaría si nuestro producto o servicio crea una mala experiencia en cierto grupo de personas? Qué pasaría si este grupo de personas recurre a su lista de contactos para hacer catarsis con respecto a su mala experiencia o a su decepción acerca de nuestro producto o servicio?

En ese caso, dependiendo de la fuerza de arrastre de nuestro decepcionado cliente, podremos enfrentar una campaña de descrédito que puede tomar magnitudes inimaginables. Recuerdo dos casos específicos en nuestro medio, uno en el rubro de la salud y otro en el rubro de la telefonía. Para mi percepción, en este último caso, se podría tratar de sabotaje de la competencia.

Sugeriría a los departamentos de RR.PP. prestar especial atención a los efectos nocivos que pueden causar estas “mal intencionadas” campañas propagandísticas. Por qué? Porque estas pueden deteriorar un poco la imagen de la compañía, porque pueden representar el empujoncito que necesitan algunos clientes para manifestar su molestia o decepción, y hasta porque puede (en un mercado sangrientamente competitivo) resultar una herramienta para la competencia utilizada con la finalidad del descrédito.

Como decía al principio, somos testigos de una evolución tecnológica… pero nos puede explotar en la cara si no la sabemos manejar…